viernes, 7 de octubre de 2011

LLuvia de Estrellas Dracónidas




Éste fin de semana se acerca un evento celeste digno de ser observado pues una lluvia de estrellas se aproxima.

Veamos primero qué es una lluvia de estrellas:

Es maravilloso. Estamos contemplando el cielo estrellado cuando, súbitamente, en fracción de un segundo, una fina pero muy brillante estela luminosa cruza el espacio y desaparece. ¿Que paso? acabamos de observar un meteoro, fenómeno también conocido como "estrella fugaz". Son pequeños intrusos del espacio exterior, generalmente residuos que dejan los cometas a su paso, la mayoría no más grandes que una semilla. Sin embargo, a velocidades enormes - hasta 80 km por segundo- entran en contacto con nuestra atmósfera, a alturas que varían entre los 60 y los 120 kms, y se incineran. De hecho, cada día unas 200 toneladas de materiales provenientes del espacio exterior chocan contra nuestra atmósfera.
Hay épocas del año en que este fenómeno se observa con frecuencia. Son las llamadas "lluvias de estrellas", y corresponden al periódico contacto de la Tierra con la órbita de ciertos cometas, trayectorias ricas en materiales que permiten en apenas una hora apreciar decenas y a veces hasta cientos de bólidos y estrellas fugaces.
Las estrellas fugaces se nos presentan en diversidad de formas y colores. Algunas, de cierto tamaño, parecen una gran "bola de fuego" y se conocen como bólidos, del griego bolis, “arma que vuela”. En ocasiones son lo suficientemente grandes como para alcanzar a impactar la superficie. Estos sí son en sentido estricto, meteoritos, del griego, meteoron, “objeto en el aire”, restos metálicos o pétreos derivados de los asteroides y los cometas.

¿Y qué cosa nos espera éste fin de semana?

La lluvia de estrellas de las Dracónidas tiene su radiante en la constelación Draco, el Dragón, una constelación clásica del hemisferio Norte. Draco ha representado a todos los dragones de la mitología, incluyendo al guardián del Vellocino de Oro, derrotado por Hércules en una de sus doce tareas. Draco es una constelación tan larga que nunca se oculta completamente: parece atenta y vigilante en cualquier época del año. Su asterismo principal son las cuatro estrellas de su cabeza, y es cerca de ella en donde se localiza el radiante de las Dracónidas.

No se necesita ningún equipo especial para observar las lluvias de estrellas. Sí es importante, claro está, escoger un sitio de observación lejos de la interferencia de las luces de las ciudades o de los automóviles. En el caso de las Dracónidas, se requiere vista despejada hacia el Norte. En esta ocasión la Luna estará muy brillante así que colóquela a sus espaldas. Ubíquese lo más confortablemente posible en un sitio despejado sin obstáculos como árboles o edificios. Sillas confortables, mantas, alimentos, bebidas y cámara de fotos son esenciales. Los binoculares son opcionales para observar las estelas que pueden durar hasta un minuto en deshacerse. Planeación es el nombre del juego.
La tarea más simple es contar el número de meteoritos y hacer anotaciones. La constelación Draco y su radiante de Dracónidas ya se observaran altos sobre el horizonte del Norte luego del atardecer. No mire directamente hacia el radiante, en donde los meteoritos tendrán estelas cortas. Observe hacia unos 45º afuera del radiante, aunque en realidad una estrella fugaz puede aparecer en cualquier parte del cielo. Cuando vea un meteorito, prolongue su trayectoria y registre si intercepta el radiante. Si lo hace, es una Dracónida. En caso contrario es un meteorito esporádico. Una Carta Celeste es siempre indispensable en las sesiones de astronomía.
Una gran lluvia de estrellas es un evento supremamente raro. Solamente la pueden observar aquellos que están afuera, en la noche exacta, admirando las maravillas de la bóveda celeste.

Es un evento astron{omico digno de observar.





Fuente: Germán Puerta

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